CARTAS A DIEGO (VI)
Hola Diego.
Aquí tu abuelo Jesús, otra vez.
Nada peque, que te pido perdón
porque quería haberte escrito antes pero entre unas cosas y otras,… Es que
quería comentarte lo bien que te lo has pasado estas últimas Navidades y lo dadivosos
que han sido, tanto Papá Noël como los Magos de Oriente. Quizá, incluso, se han
excedido “un pelín” trayendo regalos, pero será que hicieron caso a todas las
cartas que, en tu nombre, se han enviado.
Pero, como eres tan buenote y toda la
familia te quiere tanto ha llegado todo lo que ha llegado. En la Cabalgata de
Reyes te lo pasaste bomba, lo que más te agradó fueron las sirenas de coches de
policía y bomberos, flipabas con ellos. Además nos dijeron que te vieron por la
tele. Y cómo disfrutas de todo ello, eso sí, tienes la casa llena de juguetes
por aquí y por allí, por lo que hay que andar con cuidado para no tropezar. El
caso es que le sacas jugo a todo con esa mirada de alegría y un espíritu de
aventura y descubrimiento que cada día se hacen más patentes. En la guardería
están encantadas las cuidadoras contigo, porque aparte de que con la comida no
hay ningún problema, observan que aprendes muy rápido y eres muy intuitivo.
Habrá que procurar que sigas así, porque se te ven muy buenos detalles.
También le vas cogiendo el truco
a la piscina y cada día realizas nuevos progresos, el agua te gusta, aunque en
ocasiones no haces mucho caso de lo que se te dice. Comprobamos, también, que
te gustan los cuentos, mami te echa a dormir leyendo uno de los muchos que
tienes. Procuramos que te guste leer, porque eso te hará pensar y solucionar
problemas que la tecnología, con la que tú has nacido y vivirás, no será
suficiente.
Este invierno está siendo algo
rarillo, comenzó con temperaturas inusualmente altas para luego cambiar y llegar el frío como
deben ser. Es consecuencia del cambio climático que vivimos y con el que,
también, tu convivirás.
No tengo muchas más cosas que
contarte, nos encanta ver tus progresos, tus primeros balbuceos de hablar, en
tu idioma y que poco a poco vamos entendiendo. A veces te enfadas cuando dices algo
que no entendemos y cunado logramos hacerlo haces un gesto como diciendo “pues claro, es eso”; y nos reímos mucho
con ello. Pero todo irá avanzando a su debido ritmo, tú en la mejora y nosotros
en comprenderte. Con todo esto el tiempo corre que vuela y te acercas a los dos
años.
Y sin más, osito (ya sabes que
eres mi osito), hasta la próxima
La abuela, el abuelo y la tía que te quieren
No hay comentarios:
Publicar un comentario