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domingo, 12 de febrero de 2023

 CARTAS A DIEGO  (VI)


Hola Diego.

Aquí tu abuelo Jesús, otra vez.

Nada peque, que te pido perdón porque quería haberte escrito antes pero entre unas cosas y otras,… Es que quería comentarte lo bien que te lo has pasado estas últimas Navidades y lo dadivosos que han sido, tanto Papá Noël como los Magos de Oriente. Quizá, incluso, se han excedido “un pelín” trayendo regalos, pero será que hicieron caso a todas las cartas  que, en tu nombre, se han enviado. Pero, como eres tan buenote y  toda la familia te quiere tanto ha llegado todo lo que ha llegado. En la Cabalgata de Reyes te lo pasaste bomba, lo que más te agradó fueron las sirenas de coches de policía y bomberos, flipabas con ellos. Además nos dijeron que te vieron por la tele. Y cómo disfrutas de todo ello, eso sí, tienes la casa llena de juguetes por aquí y por allí, por lo que hay que andar con cuidado para no tropezar. El caso es que le sacas jugo a todo con esa mirada de alegría y un espíritu de aventura y descubrimiento que cada día se hacen más patentes. En la guardería están encantadas las cuidadoras contigo, porque aparte de que con la comida no hay ningún problema, observan que aprendes muy rápido y eres muy intuitivo. Habrá que procurar que sigas así, porque se te ven muy buenos detalles.

También le vas cogiendo el truco a la piscina y cada día realizas nuevos progresos, el agua te gusta, aunque en ocasiones no haces mucho caso de lo que se te dice. Comprobamos, también, que te gustan los cuentos, mami te echa a dormir leyendo uno de los muchos que tienes. Procuramos que te guste leer, porque eso te hará pensar y solucionar problemas que la tecnología, con la que tú has nacido y vivirás, no será suficiente.

Este invierno está siendo algo rarillo, comenzó con temperaturas inusualmente altas  para luego cambiar y llegar el frío como deben ser. Es consecuencia del cambio climático que vivimos y con el que, también,  tu convivirás.

No tengo muchas más cosas que contarte, nos encanta ver tus progresos, tus primeros balbuceos de hablar, en tu idioma y que poco a poco vamos entendiendo. A veces te enfadas cuando dices algo que no entendemos y cunado logramos hacerlo haces un gesto como diciendo “pues claro, es eso”; y nos reímos mucho con ello. Pero todo irá avanzando a su debido ritmo, tú en la mejora y nosotros en comprenderte. Con todo esto el tiempo corre que vuela y te acercas a los dos años.

Y  sin más, osito (ya sabes que eres mi osito), hasta la próxima

La abuela, el abuelo y  la tía que te quieren