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miércoles, 28 de julio de 2021

 ZONA DE CONFORT



“Estamos tan apegados a nuestra forma de vida que rechazamos las oportunidades simplemente porque no sabemos que hacer”

Paulo Coelho

Vivimos en una sociedad donde las palabras adquieren una importancia capital, el lenguaje tiene un poder de cambiar a las personas, para bien o para todo lo contrario.  De cómo se utilice el lenguaje, una palabra, un comentario, puede hacer que nos anime o nos hunda. No entendemos, en ocasiones, el lenguaje que manejamos, no profundizamos lo suficiente en la semántica de las palabras. Ocurre esto con  la llamada “zona de confort”, que tiene multitud de definiciones y que da lugar a interpretaciones  erróneas. Está bastante aceptado que esta zona está relacionada con la rutina, con la comodidad, con el no-crecimiento.

Ante todo, la zona de confort es un estado mental, quién manda en este lugar es nuestra cabeza  y concretamente nuestra mente.

Aunque suele estará asociada a la realización de ciertos hábitos rutinarios que se mueven en un entorno conocido y más o menos seguro, puede no ser así. Hay personas que tienen su zona de confort en una hiperactividad constante y allí se sienten seguras; para otra gente puede ser una zona de movimiento, aprendizaje, búsqueda de nuevas ilusiones o retos y es ahí donde se  sienten seguras. El problema radica cuando esta zona de confort se convierte en una zona de bloqueo por falta de acciones estimulantes, ya sea por miedo, por comodidad o por falta de espíritu aventurero.

Para salir de aquí lo primero y más esencial es la necesidad de cambiar, de evolucionar, de buscar no conformarse, de apertura de ojos y de mente, de ver más allá, de descubrir el sentido de lo que estamos haciendo. El primer paso debe ser el saber lo que queremos y para ello nada mejor que primero  conocerse a sí mismo. Si no conocemos nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades corremos el riesgo de no aprovechar nuestros talentos al máximo y en la dirección adecuada.

Muchas veces la zona de confort se convierte en un camino a ninguna parte sencillamente porque no sabemos dónde vamos, en qué dirección y con qué instrumentos y herramientas caminamos. Ante esa falta de autoconocimiento respondemos dejándonos llevar, ponemos en nuestra vida un piloto automático de hacer lo imprescindible y cumplir el expediente. Somos guías de nuestra propia existencia, aunque haya gente que no esté de acuerdo con ello, pero también es cierto que la libertad individual es un concepto resbaladizo, mucha gente está feliz en su zona de rutina, convencional y eso no es malo en sí, es malo cuando nos sentimos insatisfechos con nuestro día a día y queremos algo más, entonces es cuando hay que enfrentarse a las circunstancias y no tenemos manera de enfrentarlas.

Hay autores que dicen que se está muy bien en la zona de confort, porque cuesta mucho construirse una. Bueno, es una opción legítima de existencia, pero si quieres saber qué haces aquí y ahora, para qué estás llamado, cuál es tu misión en la Vida, se hace necesario salir de las zonas cómodas y confortables. SI nuestros ancestros hubieran pensado y actuado así, aún estaríamos en las cavernas. Es muy posible que precises ayuda, guía y consejo, no pasa nada, es un buen primer síntoma, significa que quieres crecer buscar tus posibilidades sin importar mucho que resultado consigues.

La clave no es la meta, es el camino que lleva a la misma, eso es la Vida.

De este tema hablamos en nuestro último reflexiones del 6 de julio de 2021. Aquí os dejamos el enlace por si estáis interesados en conocer nuestro enfoque.