VIVE SIMPLE. SUEÑA GRANDE. DA GRACIAS. DA AMOR. RÍE MUCHO.

martes, 5 de noviembre de 2019

JUGAR


Aún recuerdo los días en los que al salir del colegio nos juntábamos en la plazuela del barrio y nos retábamos a un partido de fútbol en el que las porterías eran las cazadoras o los propios libros de clase. Con un bocadillo en la mano y una tableta de chocolate en la otra había que tener una habilidad especial para parar un disparo y que no acabaran ambas cosas en el suelo. ¡Cómo nos divertíamos! Era nuestra "actividad extraescolar", que una vez finalizada (llenos de moratones, raspaduras,...) nos hacía regresar a casa felices si habíamos ganado y rumiando venganza para el día siguiente si perdíamos. Luego había tiempo de realizar los deberes y alguna cosilla con los papis más para finalizar el día.
No es nostalgia, es una constatación de la alegría que se ha perdido en nuestras calles, ya no hay niños y niñas jugando, están en sus múltiples ocupaciones que unos padres todavía más  ocupados les programan para ser personas de gran futuro (una madre dixit). ¿Y el juego? ¿dónde ha quedado? Porque un niño debe jugar, debe relacionarse con otros niños y niñas, debe mancharse ¡qué horror!, debe dejar salir al niño que lleva dentro, porque de lo contrario se perderá el maravilloso placer de la infancia. Sería bueno que en esa sociedad superestresada  y de cambios tan rápidos los padres y madres no pierdan de vista  lo más esencial en la educación de sus hijos, su felicidad, su alegría, su sonrisa, antes de que no se den cuenta y esos niños se conviertan en los temibles adolescentes.
Un poco menos de informática, inglés,... y otras actividades extraescolares y un poco más de juegos sencillos, de diversión, de sueños, de cansancio, de suciedad en la ropa, de correr libremente, 
un poco más de compartir juegos con sus vástagos, hará muy bien a la propia familia y permitirá un crecimiento sano y vitalista de los más pequeños. Para lo otro, siempre hay tiempo.

miércoles, 16 de octubre de 2019

EDUCACIÓN S. XXI



Se tiene la sensación de que buena parte de la sociedad aún no se ha dado cuenta del momento histórico que vivimos. Se ha terminado una Era y ha dado comienzo otra, dominada esencialmente por el mundo digital. ya vendrá alguien en el futuro y la dará nombre, como se hizo con las anteriores (Antigua, Media, Moderna, ...), pero no es el mayor problema. El gran problema son las actitudes que ante un hecho incuestionable y de influencia directa en las nuestras vidas  diarias estamos ejecutando. No nos damos cuenta o nos queremos dar cuenta de que en un cambio de Era todas las estructuras políticas, culturales, económicas, religiosas,... sufren una transformación y unas sobrevivirán porque se saben adaptar, muchas desaparecerán y otras muchas son de nueva creación. La gente, en general, tiene una sensación de desasosiego y pesimismo, que es innata a la raza humana en momentos de evolución o cambios profundos. 
Uno de los lugares donde se observa esta actitud con más nitidez en el mundo académico/escolar. No hay ninguna duda en la comunidad educativa que a los escolares de hoy no se les está preparando adecuadamente al mundo presente e inmediato futuro. Y este mundo presente y futuro pasa por las nuevas tecnologías y todo lo que con ello lleva  aparejado. Se continúa en un sistema educativo basado en una idea del siglo XIX y primera mitad del siglo XX en pedagogía, metodología, pensamiento y ejecución. Y se observan muchas reticencias en muchos ámbitos a cualquier mínimo cambio o evolución. Desde padres, profesores, estructuras orgánicas, todos hablan de que es preciso hacer cambios profundos para adaptarse pero nadie está dispuesto a perder un sólo ápice de sus "comodidad".    
Para enfrentarse a la nueva Era hace falta EDUCACIÓN, con mayúsculas, porque el ser humano del futuro será una combinación de habilidades, destrezas y conocimiento, para llegar al valor que como individuos demos a la sociedad. A pesar de lo que aparenta hoy, donde prima el individualismo, se tendrá que saber cooperar con otros( trabajo en equipo), se tendrá que poseer un buen equilibrio entre mundo digital y humanismo ( ya se habla de que la auténtica 5ª revolución, será la de las personas), será unas personas que entenderán lo que les rodea y comprenderán las leyes de la naturaleza dando a ésta el valor que en realidad tiene. No será solo saber manejar "aparatitos" más o menos técnicos, será necesario una comprensión de lo que se hace y porqué se hace, sacando a la persona humana y a la vida todo su jugo y posibilidades. 
Sería bueno que los padres y madres en lugar de preocuparse de nimiedades, se preocupen de verdad de procurar y exigir una educación integral que prepare a las nuevas generaciones para el mundo en que se vive, no al revés. Principalmente porque también ellos van a vivir este mundo y hay saber adaptarse a lo que, en los próximos diez años se avecina. 

viernes, 27 de septiembre de 2019

CURIOSIDAD



Christian Gálvez en su reciente libro sobre Leonardo da Vinci indica que el genio italiano lo era porque era ante todo curioso, se preguntaba el porqué de las cosas y buscaba la forma de realizar cosas nuevas. Afirma que la primera cualidad para ser un genio es ser una persona curiosa. 
Esto es traspasable a los niños, los mayores curiosos de la naturaleza. Para un niño todo es novedad, búsqueda, descubrimiento, ilusión, expectativas, un niño es un buscador incesante y en su mente todo es posible. Lamentablemente ese ímpetu infantil luego queda cercenado a medida que va creciendo y los primeros culpables de este corte brutal en la evolución infantil somos los padres. En otro libro genial, que aconsejamos su lectura:" PORQUÉ LO HOMBRES NO ESCUCHAN Y LAS MUJERES NO ENTIENDEN LOS MAPAS", el matrimonio Pease, que son sus autores, colocan en un recuadro una frase lapidaria: si hay 10.000 niños geniales, 9.999 dejarán de serlo por  culpa de sus padres. 
Queremos niños responsables, adultos, que sepan enfrentarse a los problemas de este mundo complicado, queremos que nuestros hijos crezcan más deprisa de lo que deberían, no queremos que tomen decisiones equivocadas, no queremos que cometan errores, queremos niños asépticos. En el fondo no les dejamos crecer y ser ellos mismos, nos cuesta entender que ellos deben buscar su propio camino y cometer sus propios errores. Confundimos el amor que les damos con un paternalismo/maternalismo un tanto agobiante. Los niños necesitan expresar lo que sienten, lo que viven, necesitan ver el mundo como un lugar de descubrimiento y conquista, como algo novedoso y cambiante, un lugar lleno de colores y oportunidades. Ser un genio no es descubrir la teoría de la relatividad todos los días o una vacuna contra el cáncer ¡ojalá!, ni tener una idea luminosa con frecuencia, ser un genio es utilizar nuestros talentos y habilidades para crecer un poco más cada día. 
Por esos hay niños y genios de 80 años y más. Son adultos con alma de niños.

domingo, 15 de septiembre de 2019

EQUIPO



Los recientes éxitos deportivos de las diferentes selecciones españolas en múltiples modalidades siempre llevan unidos a los elogios que reciben una palabra que suena repetidamente: EQUIPO. Se habla de trabajo de equipo, sensación de equipo, la clave es el equipo, etc... y es verdad, nada de lo que se consigue sería posible si en el esfuerzo hacia el  éxito no se va acompañado. Porque incluso en aquellos deportes en los que, a primera vista, parece un trabajo individual: natación, tenis, badminton,... el deportista no es más que una expresión de mucha gente que hay detrás y que no se ve, pero que también forman un equipo.  
Esto se puede extrapolar sin ningún problema al matrimonio y a la familia. Tiene que existir una sensación y un concepto de trabajo en equipo. Si cada uno de sus integrantes hace una vida por su cuenta, no se lograrán los resultados buscados y se fracasará. A menudo hay mucho miedo a poner en práctica los ideales y los objetivos del trabajo en equipo dentro de los ambientes matrimoniales y familiares, que si se pierde libertad, que cada uno es como  es, que siempre hay una autoridad de alguien, todos estos peros son válidos para no valorar lo que significa para los individuos sentirse miembro y partícipe de algo. Para romper conceptos erróneos y poner en auténtico valor el matrimonio y la familia como lugares donde se aprende, de verdad, a trabajar y aprender como luego debemos desarrollarnos en sociedad recordamos las cinco C's que definen el trabajo en equipo:

  • COMPROMISO
  • COMUNICACIÓN
  • CONFIANZA
  • COORDINACIÓN
  • COMPLEMENTARIEDAD
Sería muy bueno hacerse, de manera real y sincera, primero a nivel pareja-matrimonio y luego a nivel familiar como están integrados estos conceptos, con lo que nos dará una buena radiografía de como está nuestro bienestar comunitario. Por ejemplo, puntuando de 1 a 5 cada nivel, en que el 1 es lo más bajo y 5 lo mejor, para ver luego en cuales de ellos es necesario trabajar más, dónde están los puntos de mejora, dónde los lugares de peligro...

Una reflexión serena de los resultados nos permitirá valorar si de verdad creemos en estos conceptos o solo somos una expresión cultural más.
¡ ANIMAMOS A QUE LO HAGÁIS!
Y si precisáis nuestra ayuda, sólo tenéis que decirlo.

martes, 3 de septiembre de 2019


RUTINA MOTIVADORA

La trampa de la rutina se desarma mirando excepcionalmente lo no excepcional
Víctor Hugo



Ha llegado el temido momento, se acaba el merecido y necesario descanso vacacional y hay que volver a la vida diaria, a la rutina, a la realización de tareas que no nos gustan, no nos motivan, suelen ser repetitivas y a veces, pesadas, lo que lleva al conocido “síndrome postvacacional”. A pesar de ello no debemos ver esto como un acto obligado, estresante o desmotivador, todo puede tener su lado positivo y para ello es conveniente ponerse una serie de tareas que hagan que este temido retorno no suponga una carga. Busquemos un retorno a la rutina de la forma más motivadora.
Quizás lo primero que debemos hacer lo tenemos en las propias vacaciones, ha tenido que ser una época de desconexión a todos los niveles, mental, físico, laboral, etc… si no lo hemos hecho así, la cosa se complicará. La mente necesita descansar, necesita resetear, hacer como una limpieza de lo superfluo. Otra cosa que los especialistas aconsejan cada vez más es volver a casa después del descanso unos días antes del inicio de vuelta laboral, no esperar al último día, el querer apurar tanto no permite ni al cuerpo ni a la mente el período necesario de adaptación.
-          El primer día
Poner el despertador 10 minutos antes y a una distancia que no podamos llegar con el brazo y nos obligue a levantarnos. Así eliminamos la tentación de los 5 minutos, que con facilidad se convierten en algunos más, lo que puede llevar a las prisas. Aprovechar ese  tiempo para meditar, hacer una tabla sencilla de ejercicios, desayunar con más calma,… que el cuerpo no note latigazos.
-          Recuperar hábitos alimenticios
Es fácil que en período vacacional nos hayamos descontrolado en horarios de alimentación y la forma de hacerlo. Cuanto antes recuperemos el horario normal y la alimentación adecuada mejor llevará el cuerpo y la mente  la nueva situación. El cuerpo humano es una máquina perfecta, con sus rutinas, sus procesos y su sabia elección de la energía necesaria para cada momento.
-          No pensar en las próximas vacaciones
Las vacaciones han concluido, punto. Si no se han cumplido las expectativas o no han sido todo lo excelentes que nos proponíamos, no nos pongamos a pensar y programar las del año próximo. No es positivo. Centrarse en el día a día, el próximo fin de semana, como mucho en el próximo puente y a lo más lejos las vacaciones de Navidad, si hay opción a ello, pensar a más largo plazo genera incomodidad y desmotivación.
-          Fijarse en detalles
Quizá sería bueno que el primer día que se vuelva al trabajo, se haga en transporte público, particular o andando, nos fijemos en detalles de cosas que han cambiado, una calle recién asfaltada, un nuevo color en los vehículos públicos, un nuevo parque que pudiera existir, son los pequeños detalles que nos hacen pensar que la vida sigue y nos hace centrarnos en aspectos que nos alivian el peso de la vuelta.
-          No narrar las vacaciones
Quizá no nos demos cuenta, pero a nuestros compañeros les importa un carajo donde hemos estado de vacaciones, también están volviendo y tienen el mismo “síndrome”. No marearles con fotos, explicaciones de lugares que hemos visitado, de lo bien que hemos comido, etc…ni les hacemos un favor, ni nos lo hacemos a nosotros. Hay tiempo de sobra para hacerlo. Así se evitan  posibles discusiones absurdas.
-          Las multitareas
Es fácil que el primer día de retorno tengamos cientos de e-mails, o de carpetas en nuestra mesa y aquello parezca un caos. Organizarse, marcar objetivos diarios, no querer hacer todo y a la vez, ir poco a poco. Podemos pasar de la tranquilidad al estrés con tanta rapidez que llegaremos a casa el primer día con la sensación y el cansancio de haber realizado una maratón.
-          Tener humor
Está demostrado que el humor es una de las mejores terapias que hay para enfrentarse a los problemas diarios. La vida es un regalo y llevarla con ilusión, alegría, esperanza y motivación son clave para lograr una buena estabilidad emocional. Las dificultades siempre están ahí, no las podemos obviar, la diferencia está en la forma de afrontarlas. Tener una actitud positiva es alentadora no solo para nosotros, sino también para los que nos rodean.
Y no olvidar que somos unos privilegiados, hemos tenido vacaciones, no todo el mundo tiene esa suerte.