CARTAS A DIEGO (II)
Hola Diego. Soy tu abuelo, Jesús,
de nuevo. Van pasando los meses y vas creciendo todo grandote y fuertote, con
una cara tan risueña y feliz que la familia se queda extasiada cuando te
contempla. Y de eso quiero hablarte hoy, Diego, de la familia. No solo de papá
y mamá o de nosotros tus abuelos y abuelas, o de tu tía, no te quiero hablar
solo de esa familia, sino de la familia como concepto universal, casi como ley
cósmica. Porque tú eres el heredero de una larguísima serie de personas y
generaciones que, desde la noche de los tiempos, han vivido y dejado una huella
que, por ahora, termina en ti. Llevas en
tus genes un conocimiento y una sabiduría ancestral, Diego, y debes utilizar
todo esto a tu favor. No puedes, ni debes, renunciar a ello, en muchos momentos
de tu vida serán el ancla que te permitirá tener los pies bien asentados en la
tierra. No sé por qué razón ahora se quiere
olvidar todo vestigio de lo anterior en todos los ámbitos de la vida,
con la falsa creencia de que no nos aportan nada a este mundo tan “sofisticado”
que hoy nos toca vivir. En esta generación postmoderna existe un desprecio por el
pasado a todos los niveles que yo, personalmente, no comprendo. Y creo que es
un error, porque somos continuación de algo que comenzó no se sabe cuándo pero
que acumula un poso de sabiduría, experiencias y conocimiento que no hace sino
acrecentarse con el paso del tiempo, ¿por qué no se aprovecha todo ello? ¿por qué
creer que todo lo actual es guay y lo anterior es un trasto viejo que hay que
desechar? Lo de hoy es consecuencia del ayer, nos guste o no, el hoy es
heredero de una tradición, humana, social, natural y universal que está ahí y
nada ni nadie puede eliminar por mucho que se intente. Por supuesto que hay muchos aspectos y legados
oscuros, que no nos gusta recordar, pero es que la VIDA es así, Diego, algo maravilloso para disfrutar
que tiene momentos dulces con otros que toca sufrir. Si, sufrir, Diego, tal y
como suena y ya sé que no gusta a mucha gente esta palabra y algunas derivadas.
Cuando esto ocurre tendrás que echar mano de esto que te comento, de tu
conocimiento y sabiduría ancestral que tienes dentro de ti, que llevas en tu
sangre, en tus poros, en todas y cada una de las capas de tu ser, ese
conocimiento será tu guía en esos momentos oscuros. Y ahí tendrás que encontrar
los recursos que precises, recuerda que todo ese conocimiento ancestral trabaja
a tu favor, está para ayudarte. Aprovéchalo, hazle tu amigo, tu guía, tu
objetivo; vivirás momentos extraordinarios, buenos, menos buenos y algunos
verdaderamente duros y en todos ellos lo que llevas en tu sangre y un tu ADN te
servirá para afrontarlo con seguridad. Recuerda que la sabiduría no se
conquista, que es lo que piensa la gran mayoría de la gente, sino que se recibe
y por lo tanto la clave está en que hacemos con ello. Ahora, nosotros, los más cercanos a ti
vivimos unos momentos de dicha y felicidad por tu culpa, a pesar de que todavía
tenemos que llevar la dichosa mascarilla, estamos en una nube familiar y nos lo estamos
pasando bomba. Comenzamos a observar tus primeros movimientos, tus primeros
balbuceos, tus primeros esbozos de lo que tienes dentro de ti, son los primeros
síntomas de lo que te estoy contando. Estamos aquí para ayudarte, para ser la
primera parte de la cadena que te une al
principio de los tiempos y yo
personalmente haré todo lo que esté en mis manos para recordarte esto que te
digo, te guiaré en la búsqueda de esa sabiduría que tienes dentro para que no la
desaproveches, para que la valores en lo que es y para que con ella te
conviertas en quién verdaderamente estás
llamado a Ser.
Besos de tu abuelo y de tu
abuela, que si no lo digo se enfada.
Hasta la próxima, Diego
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