COMUNIDAD FAMILIAR
El concepto comunidad proviene del latín, como el 90% de nuestras palabras actuales y se compone de la suma de dos vocablos; por un lado "com", que significa relacionar o reunir y por otro "munis" que significa don o regalo. Por tanto una comunidad es un regalo que se nos da para poder relacionarnos. El ser humano es un ser relacional, nace, crece y se desarrolla dentro de una comunidad y de cómo interrelacione con ella dependerá, en buena medida, su desarrollo pleno.
El máximo concepto de comunidad es la familia, porque ahí se aprenden las reglas básicas de funcionamiento como individuos, a saber: empatía, generosidad, solidaridad, donación, derechos, obligaciones... acciones que luego influirán de manera notable en nuestra existencia y en nuestra relación social. La familia no es una sociedad en el sentido social del término, no tiene un período de existencia, a la familia se pertenece de modo incondicional por el simple hecho de nacer, y no como función de libre albedrío.
Esta crisis de covid-19 ha puesto sobre la mesa esta espinosa cuestión. Un concepto erróneo de familia , como relación de miembros autosuficientes y que se relacionen según lo que le de la gana a cada uno de sus miembros, sencillamente, ha saltado por los aires y no se sostiene. De forma dramática nos hemos tenido que dar cuenta de que, en el núcleo familiar, nosotros valemos según sea la suma de lo que aportamos y de lo que recibimos, todo ello de forma altruista y buscando el bien común. Valorando las diferencias y potenciando nuestras virtudes. Así de simple, así de rotundo.
Si una circunstancia como la que vivimos no nos hace recapacitar sobre qué función estábamos realizando respecto a los más cercanos (nuestra familia) y no no hace darnos cuenta de cuánto nos necesitamos, de cómo lo que sucede a uno de sus miembros, sea bueno o malo, influye positiva o negativamente en todo el grupo familiar, es que no nos hemos dado cuenta de nada. Hay que valorar lo que hace cada miembro, darle su libertad individual genuina, pero hacer le comprender que esa libertad personal pasa, irremediablemente, por la libertad que sepa reconocer en cada uno de los miembros de mi entorno más cercano. Solo así entenderemos y respetaremos la libertad como símbolo.
Sería el momento de preguntarnos:
¿somos una familia o somos una sociedad?
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