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miércoles, 14 de agosto de 2024

 ESPÍRITU OLÍMPICO



Durante casi tres semanas todo el planeta ha estado pendiente del mayor espectáculo deportivo que existe: Los Juegos Olímpicos. Este acontecimiento que hunde sus raíces en lo más profundo de la historia humana, es capaz de paralizar cualquier otro aspecto de la vida diaria, incluidas las guerras que desgraciadamente siguen existiendo en pleno S. XXI

Los Juegos Olímpicos, un evento deportivo de escala global, han trascendido su origen como una mera competición atlética para convertirse en un fenómeno cultural y social que influye profundamente en la sociedad moderna. Fomentan valores como la paz, la amistad y la solidaridad entre las naciones. Al reunir a atletas de diferentes partes del mundo, este evento promueve el entendimiento y la cooperación internacional, superando barreras culturales y políticas. Este espíritu olímpico es especialmente relevante en tiempos de tensión global, donde los Juegos pueden servir como un catalizador para el diálogo y la unidad. 

Los Juegos Olímpicos son una plataforma para que los países muestren su cultura y logros al mundo. El éxito de los atletas nacionales puede elevar el orgullo y la cohesión social, mientras que la participación en el evento refuerza el sentido de pertenencia a una comunidad global.

Finalmente, los Juegos Olímpicos inspiran a millones de personas a adoptar un estilo de vida más activo y saludable, al exponerlos a una amplia gama de deportes. Esta inspiración se traduce en políticas públicas que fomentan la actividad física y el bienestar, contribuyendo así a una sociedad más saludable.

A la hora de las valoraciones hay opiniones para todos los gustos, España ha conseguido un total de 18 medallas, algunas inesperadas y otras que que se han quedado en el camino. Es muy fácil desde un sofá con un mando a distancia opinar y criticar sin valorar adecuadamente el esfuerzo, el sacrificio y  las  horas de entrenamiento que se exige para participar en esta competición. Todos los hombres y mujeres que participan van con la intención de lograr lo máximo, ganar medalla, pero solo los privilegiados lo logran, que pasa ¿los demás han fracasado? No, si han dado lo mejor de cada cual, si se ha empleado al máximo y se han empleado al límite de sus posibilidades. 

Si tengo que poner nota a España, le daría un 8,5. Sobresaliente hubiera sido las 22 medallas de Barcelona 92 y Matrícula haberlas superado. Más o menos estamos donde tenemos que estar visto nuestro nivel económico, social, cultural y tecnológico en que vivimos. No somos una potencia deportiva, en algunos deportes logramos grandes éxitos porque hay un talento innato que nos permite alcanzar grandes cotas, pero aquí no hay una mentalidad deportiva popular con todo lo que lleva aparejado. Por mucho que veamos gimnasios llenos, gente corriendo o en bici por la calle, no nos dejemos engañar es una minoría comparativamente a la población total. Hay mucho deportista de salón y sofá, la asignatura de Educación Física o como se llame ahora, se sigue viendo como una María y no como una formación de la identidad humana. Y no hay un objetivo nacional público que fomente la participación.

De todas las medallas que España ha ganado hay que premiar y valorar todas, pero yo me quedo con el waterpolo femenino, el balonmano masculino y las de marcha; deportes con no excesivas licencias, pero que compiten con una furia y un convencimiento que, a mí personalmente, me impresionan y me encantan. Además y es algo muy importante, se divierten, disfrutan y son un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones porque sus éxitos lo logran a base de trabajo, de sacrificio, de quitar horas a diversiones o familia, porque tienen un objetivo, una planificación y una metodología adecuada.  Fue una pena ver como Carolina Marín se rompía la rodilla (creo que nos dolió la nuestra a una gran mayoría de españoles) cuando era una medalla más que segura, pero es la cara oscura del deporte y como en la vida, no todo es de color de rosa y es un momento de enseñanza dura pero real.

Los Juegos Olímpicos continúan siendo una fuerza poderosa en la sociedad actual, con un impacto que va más allá del deporte, que ojalá se vea reflejada en una sociedad más justa, más alegre, más humana.

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